Uns pressupostos que ens poden fer passar de la recessió a la depressió

Aquesta va ser la meva intervenció, aquest passat dijous, davant la Secretaria d'Estat de Pressupostos i despeses, en la primera de les compareixences d'Alts Càrrecs, en el tràmit del projecte de Llei de Pressupostos Generals de l'Estat pel 2013 al Congrés del Diputats.



Señora Secretaria de Estado, le agradezco su comparecencia en esta Comisión, pero con la misma sinceridad le debo decir que esperábamos que, con la misma, nos arrojara algo más de luz sobre el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2013. 

Un proyecto que, lejos de proponer soluciones a la grave situación económica y social que padece España, va en la dirección contraria, ahondando en la misma. 

Muchas, demasiadas personas, ven como continúa deteriorándose su situación personal y como no se les ofrece ni soluciones ni un futuro mejor. 

Porque estos Presupuestos empobrecen aún más a los españoles.

El paro se incrementa y la economía decrece. Desde hace un año hay 428.535 parados más, 625.759 afiliados menos a la Seguridad Social, menos protección a las personas desempleadas y un millón y medio de parados que no cobran prestación. 

Y lo que proponen estos Presupuestos es, sencillamente, más desempleo. 

Por cierto, ¿Cómo explica que, con más parados, los créditos destinados a la política de desempleo disminuyan un 6,3 por 100? ¿Sólo por la mayor desprotección a los parados? 

¿O que la política de fomento del empleo decrezca un 34,6 por 100? ¿A más desempleo, menos fomento del empleo? 

Las previsiones de evolución de nuestra economía para 2013, señalan un decrecimiento del PIB. Según el servicio de estudios y análisis de La Caixa, y el consenso de la mayoría de institutos de previsión económica, serán del -1,5 por 100 – y hoy lo ha reconocido en su comparecencia el Gobernador del Banco de España - , aunque el Gobierno prevé, de manera sorprendente, un -0,5 por 100 en el cuadro macroeconómico que acompaña el proyecto de Presupuestos. 

¿Por qué el Gobierno presenta este increíble y maquillado cuadro macroeconómico? ¿Para ocultar a los ciudadanos y a la opinión pública que el ajuste que tiene que sufrir la sociedad española será mucho mayor? 

Ya les digo que, para cumplir con el 4,5% de déficit público en 2013, con los datos de ejecución de agosto, el ajuste se situará alrededor de los 50.000 millones de euros; 5% del PIB. Algo que, ya le adelanto, va a ser inasumible por la sociedad y la economía española. 

Pero lo peor de todo es que no se aprecia el fin de la espiral; no aportan ni a un ápice de esperanza a tanta desesperanza. 

La consecuencia de todo ello, junto con las medidas que ha ido adoptando el Gobierno –mayoritariamente en forma de Reales Decreto-Ley- es la recesión permanente. 

O dicho de otra manera, con estos Presupuestos se puede pasar de la recesión a la depresión. 

Pero esa política económica, según la cual el medio y el fin es la reducción del déficit público, incrementa también la desigualdad en el seno de nuestra sociedad y con ella, el progresivo desapego e incluso el rechazo de la política y sus instituciones. Y eso nos parece gravísimo. ¿Es este su modelo social? 

Y ante ese panorama, su receta se mantiene inalterada: Más de lo mismo. 

Más de lo mismo es mantener la orientación de una política fiscal basada exclusivamente en la reducción agresiva del déficit público, sin contener ninguna estrategia de fomento del crecimiento potencial de nuestra economía. 

Más de lo mismo es continuar creyendo -y se necesita mucha fe- que dicha política de ajuste duro y llevado a cabo en poco tiempo nos conducirá, sin género de dudas, al florecimiento económico, como ocurre en la naturaleza por la simple llegada de la primavera. 

Pero lo más probable es que, después del duro castigo al que se somete a la inmensa mayoría de la población, pocas flores queden en el jardín. Eso sí, pocas pero bien escogidas y protegidas de las inclemencias del tiempo. Ese es su modelo político y social. 

Por cierto, cuando en el presupuesto se reducen las becas o la sanidad, el Ministro de Hacienda, en una rueda de prensa le mete 10 puntos a la deuda pública, de la deuda financiera, sin despeinarse – lo digo en sentido metafórico -, y sin una sola pagina en todos los presupuestos que lo expliquen. 

¿Recuerda lo que dijo el Presidente del Gobierno? Pues nos dijo que el rescate bancario no le iba a costar nada a los españoles. 

Para los becarios, recortes; para la banca no hay altura. 

Este vuelve a ser un Presupuesto con la única orientación de reducir el déficit. No hay una estrategia de crecimiento económico observado ni del potencial. Se reducen las becas, la educación, los recursos destinados a la internacionalización de las empresas, a la innovación, a la promoción del empleo, etc. 

Un Presupuesto que se queda en pagar los costes financieros y el desempleo. 

Un Presupuesto defensivo, de resignación, ideologizado, sin orientación. Sin cambios de fondo. La inversión real del Estado se queda en poco más de 3.000 millones de euros. 

Más de lo mismo es no acometer reformas estructurales de las principales figuras tributarias, optándose por pequeños parches, como la mayor tributación de las plusvalías a corto plazo, o bien por recurrir a propuestas del PSOE, como el gravamen de los premios de las loterías, o la recuperación del impuesto sobre el patrimonio, sin abordar una imposición patrimonial más justa y eficiente como el impuesto sobre las grandes fortunas. También aquí la falta de equidad y la injusta redistribución del esfuerzo generan desigualdad. 

Más de lo mismo es, en definitiva, que todo el esfuerzo de recorte del gasto en los diversos Ministerios, lejos de aplicarse al impulso de nuestra economía, al cambio de patrón de crecimiento y a la provisión de los servicios públicos esenciales, va destinado en su integridad a pagar el incremento del coste de la deuda. 

Señora Secretaria de Estado, ¿Han renunciado definitivamente a que la política vuelva a gobernar la economía, en esta suerte de pensamiento único que pretende que es ineludible lo que sólo se trata de una opción política? 

Realizar un ajuste presupuestario extremo, es decir, llevar a cabo un esfuerzo fiscal durante tres años (2012, 2013 y 2014) de 7,1 puntos del PIB, cuando la economía está en recesión es un grave error. Es curioso que el recorte de los gastos de los Ministerios en un 8,9 por 100, por segundo año consecutivo, se calcula incluyendo los gastos financieros (capítulo 8) e inversión (capítulo 6), por lo que la supuesta austeridad y la mejora de la eficiencia en el funcionamiento de la Administración General no es tal, sino que refleja el brutal recorte a que se ve sometida la inversión pública 

Si quieren de verdad mejorar la eficacia y la eficiencia de la AGE, ¿En algún momento se han planteado un estudio a fondo de la organización de los servicios? ¿De elaborar una relación de puestos de trabajo acorde con sus cometidos?, ¿De pasar de una vez del modelo burocrático al de la gobernanza?, ¿De que los planes de formación tengan como objetivo la mejora del servicio público? ¿O bien se continuaran limitando a los recortes de los costes salariales, sin más? 

En definitiva, este escenario es insostenible desde el punto de vista económico y social, porque prevé más recesión, más paro y, además, dispara el coste de la deuda. 

Por cierto, hemos hablado de que el recorte ministerial va íntegramente a hacer frente al pago de la deuda, pero no es la única novedad. 

La otra novedad es que se echa mano de la hucha de la Seguridad Social para hacer frente al pago de pensiones. 

¿Van a abordar alguna medida que afecte al sistema de pensiones? Aquí también se agradecería claridad. Seguro que millones de pensionistas lo están esperando. 

Voy acabando, señor Presidente. 

Señora Secretaria de Estado, ya le anuncio que el Grupo Socialista va a trabajar duro estos próximos días para ofrecer una alternativa clara a los españoles y españolas. 

Frente a tanta desigualdad, más igualdad. 

Tanto en la política de ingresos, con una propuesta de reforma fiscal que permita aumentar los ingresos del Estado y hacer una redistribución más justa y equilibrada de las cargas fiscales entre los ciudadanos y las empresas, sin perjudicar el necesario crecimiento económico. 

Como en las políticas de gasto, planteando las prioridades en el gasto social, así como en las políticas incentivadoras del crecimiento económico, reforzando el sistema educativo con más becas y la formación continua de trabajadores, volviendo a apostar por la investigación, el desarrollo y la innovación y potenciando las políticas activas de empleo, la actividad emprendedora y la base exportadora de las empresas. 

Ante unos presupuestos que no hacen sino constatar un fracaso, vamos a poner en evidencia que hay alternativa.

Muchas gracias señor Presidente.

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