¿Instituciones públicas sin control democrático?
Para reconducir la actual deriva de creciente desafección política que daña gravemente a nuestro sistema democrático, debemos ser capaces de abordar con urgencia uno de los problemas más importantes - a mi entender - que padecemos y que se ha ido acentuando en los últimos tiempos. Se trata de la débil o nula relación que existe entre algunas instituciones públicas, muy relevantes en la toma de decisiones políticas de amplio alcance, y la ciudadanía.
Por ejemplo, ¿Ante quién responden políticamente los miembros de la "troika"? Sus decisiones son cruciales en aspectos clave para nuestra vida colectiva, y no digamos para las clases medias y trabajadoras. Así podríamos encontrar varios ejemplos.
Seguramente no es condición suficiente para la regeneración democrática, pero es absolutamente necesario disponer de una nueva arquitectura institucional que devuelva todo el sentido a la democracia representativa y disponga de los elementos necesarios para el control institucional de quien ostenta la "soberanía popular", cada vez más mediatizada por los llamados "poderes fácticos?
¿Seremos capaces de conseguirlo? El tiempo es oro.
Por ejemplo, ¿Ante quién responden políticamente los miembros de la "troika"? Sus decisiones son cruciales en aspectos clave para nuestra vida colectiva, y no digamos para las clases medias y trabajadoras. Así podríamos encontrar varios ejemplos.
Seguramente no es condición suficiente para la regeneración democrática, pero es absolutamente necesario disponer de una nueva arquitectura institucional que devuelva todo el sentido a la democracia representativa y disponga de los elementos necesarios para el control institucional de quien ostenta la "soberanía popular", cada vez más mediatizada por los llamados "poderes fácticos?
¿Seremos capaces de conseguirlo? El tiempo es oro.
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