Ante el fracaso del PP, hay alternativa
Los Presupuestos Generales del Estado para 2013 son la constatación del fracaso del PP, pero los socialista tenemos alternativa.
El Gobierno sigue empeñado en mantener a toda costa la política económica
que va en la dirección contraria de la que necesita el país. Una política que,
lejos de impulsar la economía y generar confianza en las potencialidades y
solvencia de nuestro país, provoca desconfianza interna y externa y ahonda las
desigualdades sociales que generan desesperanza.
Dicho proyecto de Ley de Presupuestos que, con toda seguridad, se
convertirá en Ley casi sin ser enmendado, constata el fracaso de la política de
ajuste y sólo de ajuste en la que se ha empeñado el Gobierno del señor Rajoy.
Ya les comenté desde la tribuna del Congreso que su mayoría absoluta les daba sólo
certeza en el resultado de las votaciones, pero no era garantía de acierto,
como se está demostrando.
Han fracasado en el ámbito político, en el económico y en el social. El
común denominador es la creciente desigualdad en el seno de nuestra sociedad.
En lo político, el fracaso se traduce, no ya en desapego de la ciudadanía a
la política, sino en un rechazo creciente hacia las Instituciones democráticas.
De ellas esperaban soluciones y, por el
contrario, reciben hachazos a sus derechos y a los servicios esenciales que
tienen garantizados constitucionalmente. Sabemos perfectamente que una
democracia que pierde apoyo ciudadano acrecienta las desigualdades.
En lo económico, el fracaso va acompañado de la poca credibilidad de las
previsiones del Gobierno, que prevé un crecimiento negativo del -0,5 por
ciento, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima la caída de nuestra economía del - 1,3
por ciento.
A falta de concreción, un dato ilustra claramente el fracaso de las
políticas económicas del Gobierno: todo el esfuerzo de recorte del gasto en los
diversos Ministerios, lejos de aplicarse al impulso de nuestra economía, al
cambio de patrón de crecimiento y a la provisión de los servicios públicos esenciales,
va destinado en su integridad a pagar el incremento del coste de la deuda. Una
muestra evidente de la desconfianza creciente que ofrece nuestra economía de poder
hacer frente a las obligaciones contraídas a su vencimiento.
Resulta significativo que el sean los Ministerios de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente (-35,4 por 100), el de Industria, Energía y
Turismo (-21,3 por 100) y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (-17,2
por 100) los que lideren los recortes.
Respecto a las previsiones de ingresos tributarios, también es elocuente
que los que presentan una mayor tasa son los que provienen en buena medida de
las clases medias y trabajadoras, como el IRPF y el IVA (+2,2 por 100 y +13,2
por 100 respectivamente), mientras que decrece en Impuesto de Sociedades (-2,9
por 100) y se limitan a prorrogar el Impuesto sobre Patrimonio (700 millones
€).
Finalmente, el fracaso en lo social. No solamente por los recortes que se
han producido, sino por los que se avecinan. Comentaba el profesor Antón Costas
que se están levantando voces, especialmente del sector financiero, exigiendo a
Mariano Rajoy que pida enseguida un rescate. Afirmaba que Portugal es un espejo
en el que pueden verse las consecuencias de que sean nuevamente las clases
medias y trabajadoras las que soporten las condiciones de un rescate.
Probablemente, los que reclaman lo hacen sabiendo que ellos no habrán de
pagarlas. Que da igual ser un buen alumno de la política de austeridad. La
realidad es que, la austeridad por sí sola, sin crecimiento, no funciona. Y no
solo eso; al liquidar la esperanza de la gente, se rompe la cohesión.
A partir del sábado, cuando el proyecto de Presupuestos Generales del
Estado tenga entrada en el Congreso de los Diputados y podamos conocer con
detalle su contenido, desde el Grupo Socialista vamos a demostrar que otras
cuentas son posibles. Unas cuentas que respondan a las necesidades de la
sociedad española, con una política económica más justa y más eficiente.
Por parte de los ingresos, con una propuesta de reforma fiscal que permita
aumentar los ingresos del Estado y hacer una redistribución más justa y
equilibrada de las cargas fiscales entre los ciudadanos y las empresas, sin
perjudicar el necesario crecimiento económico. Con la creación del Impuesto a
las grandes fortunas, que sustituya al actual Impuesto de Patrimonio, con
cambios en el Impuesto de Sociedades para que paguen más las grandes empresas
con beneficios, o revisando algunas desgravaciones fiscales, o estableciendo
unos mínimos estatales para el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
En cuanto a las políticas de gasto, el PSOE plantea dos planos: Políticas
de gasto social sobre las que se presentará una importante iniciativa en los
próximos días y, por otra parte, las políticas incentivadoras del crecimiento,
reforzando el sistema educativo con más becas y la formación continua de
trabajadores, volviendo a apostar por la investigación, el desarrollo y la
innovación y potenciando las políticas activas de empleo, la actividad
emprendedora y la base exportadora de las empresas.
Ante el fracaso el PP, hay alternativa, y lo vamos a poner de manifiesto.
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